Todas las muertes de Alekhine
Comentario de la partida Rubinstein-Alekhine (Dresde, 1926), en la que Alekhine gana elegantemente usando un rombo en el centro del campo, como la Brasil del 70.
Siempre me gustó la fotografía policial en la que Alekhine, ya muerto, está tirado en un sillón frente a su almuerzo y un tablero de ajedrez, en una habitación de hotel. De alguna manera la fotografía tiene el suficiente misterio y fuerza como para parecerse a sus partidas, y hay que tener en cuenta que sus partidas estaban verdaderamente repletas de fuerza y misterio.
Se sabe que la instantánea fue tomada el 25 de marzo de 1946, y que la habitación es la de un hotel de Estoril, en Portugal. En la autopsia, que circula por internet, se hace mención a la posibilidad de ahogo por atragantamiento, y esa fue y es la versión oficial de su muerte.
Otros estudiosos, sin embargo, apuntan otras muertes posibles. La teoría del suicidio por depresión se basa sobre todo en algunas cartas en tono melancólico enviadas a amigos. En una de ellas, escrita dos años antes de su muerte, dice: “El ajedrez me dio la oportunidad de albergar una ambición y, al mismo tiempo, de convencerme de la inutilidad de la ambición. Hoy en día sigo jugando al ajedrez porque mantiene mi mente ocupada y me aleja de obsesiones y recuerdos”. A mí me parece una muy buena reflexión de un hombre sereno.
Otra teoría habla del asesinato de Alekhine por parte del servicio secreto francés, debido a las actividades filonazis del campeón mundial antes y durante la II Guerra Mundial, asunto que fue investigado por el maestro Kevin Spraggett.
Así pues, la fotografía es ordinaria pero posee algo trascendente, y en esto tiene alguna similitud con la partida que vamos a comentar brevemente. El juego de Alekhine es lo suficientemente claro como para entenderse fácilmente y lo suficientemente hondo como para ganar a Akiba Rubinstein en 33 movimientos, con negras.
Rubinstein – Alekhine (Dresde, primavera de 1926) 1-d4,Cf6 2-Cf3,e6 3-Af4,b6 4-h3,Ab7 5-Cbd2
Rubinstein juega una apertura poco habitual, evitando las posiciones de debate teórico, y probablemente aquí espera 5…c5, pero Alekhine juega la molona 5…Ad6!, controlando el centro de forma poco estereotipada. Es interesante el comentario que el propio Alekhine hace de la jugada, que muestra un pensamiento reveladoramente concreto:
“Después de 5…Ad6! Las blancas se encuentran frente a la necesidad de elegir entre tres caminos, a cual menos propicio:1) El cambio, que fortificaría la posición de las negras en el centro.2) 6-e3, que después de 6…Axf4 echaría a perder su formación de peones.3) 6-Ag5, después de lo cual las negras se asegurarían la ventaja del par de alfiles mediante 6…h6”
5...Ad6! 6-Axd6,cxd6 7-e3,0-0 8-Ae2,d5 9-0-0,Cc6 10-c3,Ce4! 11-Cxe4,dxe4 12-Cd2,f5 13-f4
Para terminar el desarrollo sólo falta cambiar de sitio las piezas pesadas, pero Alekhine tiene ya claro su plan para el medio juego: hacerse con el flanco de rey. Sus jugadas se ajustan ya a ese plan, sin caer en inercias.
13…g5! 14-Cc4,d5 15-Ce5,Cxe5 16-dxe5,Rh8 17-a4?,Tg8 18-Dd2,gxf4 ! 19-Txf4,Dg5 20-Af1,Dg3 ! 21-Rh1,Dg7 22-Dd4
Parece evidente que el dominio de la columna ‘g’ le da a Alekhine una buena partida. Su juego ahora tiene una apariencia simple y es delicioso. En primer lugar cambia el alfil defensor de ‘f1’, y después inicia un viaje con la torre de ‘a8’ que es en sí mismo un tratado de economía. 22...Aa6 ! 23-Tf2,Dg3 24-Tc2,Axf1 25-Txf1,Tac8 26-b3,Tc7 27-Te2,Tcg7 28-Tf4,Tg6 29-Db4,Th6 30-h4,Dg7 ! 31-c4,Tg6 32-Dd2
Habiendo llegado a las faldas del castillo, sólo resta idear una estratagema para entrar en él. Para Alekhine debió de resultar elemental la maniobra 32…Tg3! 33…Th3+ 34…Dg3 35…Dh2+ etcétera.
Rubinstein intenta evitar que la dama vaya a ‘g3’, pero se deja el peón, y abandona.32...Tg3 ! 33-De1,Txg2 (0-1)