Liga 2008 1A: Viaje a Bueu en la ronda 5

Ronda 5 y largo viaje a Bueu, ¿a quién no le apatece? Los afortunados fuimos Somoza, Edu, Alfredo y el que escribe (¿no nos tenéis envidia?). Para empezar decidimos salir con calma y discutir algunas cosillas mientras que nos “jartábamos” a comida en Santiago, no lo podíamos resistir. A todo esto, esta ronda no resultaba ni mucho menos intrascendental, puesto que debíamos sacar un buen resultado de nuestra visita, ya que nos íbamos a enfrentar al último clasificado y no podíamos permitirnos el lujo de no ganar el enfrentamiento. Sin embargo, para algunos no nos iba a resultar sencillo el obtener los puntos…

Habiendo llegado a nuestro destino y cogidas las provisiones para las largas partidas que nos esperaban, encontramos la Casa de la Cultura no sin antes haber tenido que dar un pequeño paseo por el pueblo, y poco después comenzamos nuestras cuatro pequeñas (para nosotros grandes, claro está) batallas. Debo confesar que algo de presión sí que teníamos puesto que necesitábamos ganar fuese como fuese, y esto se notaba en nuestras caras al vernos en la sala de juego. Las primeras impresiones en el cuarto tablero (Edu) fueron muy esperanzadoras para todos. Sin embargo, el tercero (Somoza) parecía tener algunos problemas y yo, en el segundo, me encontraba bastante tranquilo en una posición cerrada, aunque Alfredo no las tenía todas consigo al verla (¡cómo me gusta hacer sufrir!). La lucha no estaba siendo nada sencilla y pronto se nos vino el mundo encima cuando nuestro amigo Somoza después de fajarse un buen rato tuvo que tirar la toalla y dar la mano a su contrario… Después de esta mala noticia (ya nos vengaríamos los demás metiéndole un par de capotes al hombre) sólo quedaba pelear (no sé si he dicho que teníamos que pelear…) para conseguir los puntos posibles que restaban. Como ya presagiábamos los demás, Edu consiguió una posición de ataque claro contra el rey enemigo y pronto logró empatar la contienda 1-1. Quedábamos Alfredo y yo. A partir de aquí he de decir que la partida de nuestro primer tablero no tuve oportunidad de verla demasiado. La razón es muy sencilla: como todos sabéis, me gusta sobremanera sentir la presión del tiempo, y esta ocasión no iba ser menos… No puedo negar que, a pesar de todo y para mi sorpresa, me encontraba bastante tranquilo aunque contara con menos de 4 minutos en el reloj (mi rival tenía sobre 30 minutos) una buena parte de la partida. A esto me ayudó que este gran fenómeno, Magic, hubiese logrado el fin que todos ansiábamos, y consiguiese un puntito más para nuestra colección. A todo esto, yo, no sin esfuerzo, tenía una calidad de más, pero soy taaaaan impredecible. Esta vez, tras una larga contienda, me llevé el gato al agua y sumé un punto más a nuestro casillero.

Nuestro amigo Somoza, nos condujo hasta Santiago, en donde estaba el Ferrari de Alfredo. Otro día será José Luis el que nos salve los muebles, pero esta vez le tocó a él “sufrir” a los simpáticos de turno, es decir, a Edu, a Alfredo y a mí.