Asalto a la fortaleza de Dominicos.

Como ya he escrito en la crónica anterior (la de la ronda 4), visitamos el feudo de Dominicos. Al llegar, comprobamos lo difícil que resulta conquistar (quiero decir, entrar en) su fortificada sede. Dimos vueltas a sus dominios pero ni un solo punto débil para conquistarlo (léase que no encontrábamos una sola puerta abierta por donde acceder). Al cabo de un rato, y después de una llamadita, apareció un representante del feudo y no trajo, precisamente, una carta de rendición. Pensaban pelear cada punto del encuentro (quiero decir que nos invitó a entrar para disputar la ronda). Dentro nos esperaba una alineación que dejaba clara su intención de ganar (no olvidemos que venían de perder, en la ronda anterior, con el Recatelo-Savoy B de Lugo por 3 a 1).

Al final de la tarde todo quedó en un empate que nos favorece más a nosotros que a ellos.

En el primer tablero, nos enfrentamos Ernesto Pérez Ramil y yo. El blanco jugó una apertura especulativa que me permitió lograr ventaja de desarrollo y dominio del centro. Su estructura de peones dejó los escaques blancos débiles. Y, a pesar de su reacción: una ruptura lateral con f4, logré situar mi alfil blanco en d3 que, en medio de una pobre estructura central del blanco (e3, d2, c3), ahogaba aún más la ya costreñida posición blanca. Ernesto tenía grandes dificultades para desarrollar sus piezas y, en su intento de liberarse, cometió dos errores que aliviaron su sufrimiento: Primero perdió calidad e, inmediatamente después, el pobre alfil de casillas negras. Abandonó en la jugada 19, cayendo el primer punto en juego de nuestro lado.

En el segundo tablero, Miguel Mendoza jugó con Santiago Domínguez. La partida, hasta el grueso error de Miguel, se desarrollo de forma totalmente normal. Tanto en la apertura como al principio del medio juego, el blanco tuvo ligera ventaja con posibilidades de ataque al enroque corto negro. Pero, un par de imprecisiones de Mendoza, provocaron que las negras lograsen una posición cómoda. Pero, precisamente cuando la posición estaba igualada, Miguel hizo una jugada mala preparatoria para regalar, en la siguiente, la dama. La clavó en e3 para cambiarla por la Dama negra sin percatarse de que el negro tenía Ad4. Así el segundo punto en juego, igualaba temporalmente la contienda.

Diego García-Muñoz Vaquero (no, no es el de los quesos!) y Dani Figueiras jugaron en el tercer tablero. Dani no fue muy preciso (por decirlo de una forma suave) en la apertura y salió mal de ella. Lo que hizo que el blanco, poco a poco, incrementase su ventaja hasta que ésta se hizo decisiva. Diego, ganó primero la calidad y, poco después, la partida. Así, el tercer punto en juego, le daba la victoria parcial a Dominicos.

Entonces, todas nuestras esperanzas se centraron en la última y única partida en juego. En el cuarto tablero, Alexandra Balbás apuraba su tiempo para traducir en victoria su ventaja ante Luis Edison Patiño López. Pero la posición, si bien favorable para ella, tenía ciertas sutilezas que solventar. Primero se equivocó. De hecho, entró en una combinación en la que creía que ganaba calidad pero, en realidad, perdía un hermoso caballo. Pero el negro, casi al toque, clavó la Dama blanca, con lo cual Alexandra tuvo otra oportunidad para ganar. Y esta vez si la aprovechó. Clavó codos, apuró un poco más su ya exprimido reloj y encontró una continuación ganadora. Así se completó el marcador final de 2 a 2.

El comienzo de liga de Alexandra está siendo impecable: 1 de 1 en tercera y 2 de 2 en sus dos subidas al equipo de segunda.

Y hablando del futuro, este empate nos permite mantener intactas nuestras posibilidades de ascenso. Por delante dos rondas críticas: Primero recibimos al Caranza B y después nos desplazamos a Artesanos. Estos dos encuentros nos dejarán más claras nuestras aspiraciones.