LIGA 2008 1ª A (3ª ronda): Círculo Ferrolano B - ExA (3-1)

Una antigua sabiduría nos indica que en la adversidad es donde uno encuentra la templanza, o algo por el estilo. Enseñanza que estos días recordamos a cuenta del pasado match contra el Círculo Ferrolano B, en el cual nos 'templaron' bastante... La tradición manda que todos los años hay que tener un día tonto en el que las cosas salen al revés, da igual el lado por el que se miren. Esperemos que sea eso: cosa de meigas y un simple tropezón en el camino. O vamos a ver a la templanza más de cerca de lo que quisiéramos.

Desde luego, no esperábamos obtener un resultado como el que se produjo, sino que la intención era lograr la primera victoria parcial tras las dos duras jornadas iniciales, y colocarnos un poco más cerca de los puestos nobles de la tabla. Pero la teoría del día negro iba a presentarse en todo su esplendor a lo largo de toda la tarde: para comenzar, Dani jugaba una apertura sospechosísima y caía en una peligrosa posición, acompañado por el hecho de llevar negras y que su rival parecía dispuesta a no perdonar las imprecisiones de nuestro jugador. Unas horas más tarde, esta sería la única partida en la que puntuaríamos...

Y es que al 'Niño' de momento no le afecta la hemorragia de puntos que estamos sufriendo, por suerte. Las posiciones obtenidas por los nuestros son muy superiores a su materialización en el tanteador, que al final es lo que cuenta, y una buena prueba fue este encuentro. A media tarde, las sensaciones de este cronista eran plácidas (tanto, que debían de haberle puesto sobre aviso): en el 4º tablero, Diego manejaba una disputada posición donde sus chances no eran ni mucho menos inferiores; por su parte, Dani había logrado enturbiar las aguas y la cosa ya no parecía tan grave, aparte de haber sabido llevar el juego a un terreno más propicio para él; Manolo mantenía una sólida posición, intentando reeditar el abrazo de la serpiente de la semana anterior, y yo... yo estaba feliz cual lombriz siguiendo con negras una posición que había jugado cienes y cienes de veces con blancas en rapidillas y que estaba razonablemente seguro de poder manejar. Justito como el capitán del Titanic, talmente.

Y la verdad es que mi cara debió de parecerse a la del susodicho capitán al descubrir que la ruta que transitaba no era tan segura como parecía... Mientras llegaba a la posición que buscaba y comenzaba a pensar en las variantes a partir de allí, comprendí que mi partida estaba perdida al 99%, y traté al menos de localizar el iceberg que iba a tener la culpa; finalmente resultó que la secuencia elegida por mí correspondía a una variante de apertura con un alfil blanco en 'd3' en lugar de 'e2'. Semejante metedura de patita llevó a una situación desesperada en la que sólo quedaba luchar a la espera de algún error del contrario; para completar la tarde estilo Murphy, el error se produjo, lo que hubiese permitido darle la vuelta a la partida, pero pasó desapercibido hasta el análisis casero...

Por su parte, Manolo gozó casi toda la partida de una ligera ventaja en una complicada posición. Mientras trataba de apretar la tenaza posicional, su contrario se defendía esperando el momento de romper las hostilidades. Cuando esa situación apareció, las complicaciones aumentaron y llegó el momento crítico: la elección era pasar a un final ventajoso o mantener la tensión, y por este camino se decidió nuestro jugador. Por desgracia, una terrible omisión permitía una brillante maniobra de la dama de Cubero, que, infiltrándose por las casillas negras, volteaba la tortilla en sólo dos jugadas. Abandono inmediato del de ExA y sellado el descalabro de los tableros altos.

Sin embargo, lo más retorcido de la tarde aconteció en el cuarto tablero, donde Diego llegó a una posición bastante extraña en la que las piezas de su rival estaban tan descoordinadas que una simple desviación le hacía ganar una pieza limpia en una jugada. Dispuesto a mejorar la variante, nuestro jugador finalmente eligió una segunda manera de conseguir el botín... y se encontró con una inesperada réplica que le llevó a perder una pieza entera en lugar de ganarla. Un punto entero cambiaba de manos en un solo movimiento.

Para redondear la extrañísima tarde, Dani, el único inmune al virus Murphy, culminó su remontada y terminó imponiéndose (en un final de muy probables tablas, para más inri).

En fin, esperemos que tardes tan locas, si se repiten, caigan de nuestro lado, y si no hay buen juego que haya puntos por lo menos... ¿Habrá sido influencia carnavalesca?