10ª ronda Liga 2007 D. Honor: FISCHER - ExA (4-2)
Pues la Liga comienza a irse, como el caimán de la canción, y el equipo se va poquito a poco, con mucha dignidad, por el barranquillo que conduce a Primera División. Ante el Fischer de Moaña, a la sazón penúltimo clasificado, no pudimos conseguir el objetivo de ganar al menos un encuentro en la categoría, algo que tendrá que esperar, en su caso, hasta la última jornada. En la visita al Morrazo, última salida de la temporada, las numerosas bajas nos condicionaron para obtener un mejor resultado, pues Tomás, Gurutz y Serge no pudieron acudir a la cita y tuvieron que seguir el encuentro por... bueno, por lo que les contamos al terminar.
De todas formas, resultado al margen, la jornada resultó de lo más agradable, puesto que al coincidir la última salida con un desplazamiento largo, resultó la excusa perfecta para descubrir Moaña, o séase, organizar una buena comilona una vez en territorio rival (como si nos hiciera falta mucho para montar una de estas...). Así, una vez que conseguimos coser las bajas, el comando papatoril quedó formado definitivamente por Magic, Manolo, Dani Pousada, Edu, Diego y Dani Figueiras; como sutilmente se hizo saber a este cronista, 'el mismo equipo que jugó en Vigo, pero contigo en lugar de Calzado, que, por cierto, puntuó'. Qué arte quitándole presión a la gente tienen estos chicos...
Cual alegres Caperucitas por el bosque, dos ExA-móviles enfilamos la autopista rumbo a la casa de nuestros contrarios, con el 'Niño' como chófer debutante y Manolo como copiloto tipo Albiol-Marchena, marcándolo duro y de cerca al pobre. No sabíamos muy bien si nos encontraríamos inocentes abuelitas sin mucha motivación o lobos hambrientos de jugarse su última baza ante nosotros, pero nuestra intención sí era la de sacar todo lo posible esperando un milagro que pasaba por la debacle del Círculo de las Artes ante Marcote. Ésta finalmente se produjo, pero nos falló la otra mitad del plan...
Una vez en terreno moañés, y tras rápida evaluación in situ de nuestras posibilidades gastronómicas, nos pegamos una buena caminata por el paseo marítimo sin encontrar un solo papódromo abierto. La extraña situación quedó jocosamente explicada cuando por fin nos sentamos a comer: al poco de ponernos a ello, un encantador vecino (sin duda un enviado de nuestros contrarios o bien un meritorio de Al Qaeda), taladro XXL en mano, procedía a amenizarnos la comida con una música celestial que, a juzgar por el empeño que puso en el asunto, no pensaba detener hasta traspasar por completo la pared. Así que la conclusión vino sola: normal que no haya más locales abiertos si a todos los amenizan de esta manera...
Bromas aparte, la comida fue provechosa y todos agradecimos el paseíto hasta la sala de juego, con el doble objetivo de aligerar la digestión y despejar el taladrante dolor de cabeza. Una vez localizada la Casa del Mar, a quien primero conocimos no fue a abuelita ni lobo alguno, sino a un primo del cazador del cuento que nos informó de que allí no jugaban al ajedrez, 'aquí sólo pinchamos'. No era un desvalijador de ajedrecistas, sino el facultativo de guardia, dado que nos habíamos metido por la puerta de urgencias en lugar de la más escondida de la cafetería (y ya es raro que a nosotros nos falle el radar para detectar una barra. Seguro que la culpa fue del taladro...).
Así, todavía entre coñas, llegamos a la sala de juego en la que nos esperaban nuestros rivales, dispuestos a jugarse también su última posibilidad de mantener la categoría, y nos pusimos a ello. Al salir de la apertura, Manolo-José Luis Boubeta parecía nuestra mejor baza, con nuestro jugador luchando fieramente por la iniciativa. Si bien las otras partidas estaban todavía comenzando a tomar forma, en Benito Sánchez-Magic defendíamos un peón entregado por el rival y en la Edu-Francisco Ogando había una posición con perspectivas. Mientras, en Miguel Senlle-Dani Pousada nuestro jugador parecía algo despistado en las transposiciones, Víctor Pena-Diego comenzaba a pintar un tanto peligrosa, y Figueiras-Pablo González se pegaban en flancos opuestos pero con el rey del de ExA bajo ataque.
Poco a poco, las tendencias se fueron confirmando: Pousada caía bajo un fuerte ataque de Senlle, que jugó la fase táctica con gran precisión y logró en pocas jugadas una posición aplastante. Mientras, Diego quedaba claramente inferior, con su rey sin encontrar un refugio seguro, y Dani Figueiras parecía cogerle el gustillo a lo de sufrir sin inmutarse, aunque un par de imprecisiones de su contrario nos hicieron confiar en una milagrosa remontada. Por otra parte, Edu conseguía una posición prometedora, aunque a costa de uno de esos apuros increíbles que tanto daño le hacen a él y a los que lo sufrimos desde fuera; Manolo seguía con buena posición, aunque pasando por fases en las que parecía aflojar un tanto, y Benito y este gacetillero nos habíamos metido en un lío de narices en el que ya eran dos peones de ventaja los que se defendían por mi parte.
De ahí hasta el final, todo siguió un orden más o menos lógico: aun defendiéndose heroicamente, los tres 'hombres D' cayeron derrotados, mientras que Manolo consiguió imponerse en una secuencia táctica tras volver a tomar ventaja en el final. Edu, por fin, caía víctima de errores en el apuro, y yo logré salvar las embestidas de mi contrario para terminar cerrando el 4-2 definitivo.
Todo normal en la vuelta y nos dispusimos a afrontar el parón de Semana Santa antes de recibir al C.X. Padrón en lo que será con toda seguridad el último encuentro en División de Honor hasta, esperamos, 2009. Intentaremos despedirnos con buen sabor de boca.