4ª ronda Liga 2007 D. Honor: CÍRCULO ARTES - ExA (4,5-1,5)
Una vez más (y van...) tenemos que comenzar la crónica hablando de un resultado que debió ser muy diferente, o, al menos, que durante casi toda la tarde unos y otros pensamos que así iba a ser... hasta muy poco antes de finalizar el match contra el Círculo de las Artes lucense, la duda parecía ser la amplitud de nuestra victoria, con las principales opciones para un 2,5-3,5 a nuestro favor. Sin embargo, un inesperado vuelco en dos partidas más que encarriladas motivó que el marcador final fuese el reseñado. Anda, que el día que nos dé por rematar las faenas...
Hasta la pequeña debacle final, la tarde fue tranquila y parecía que favorable para nuestros intereses: tras la concentración y salida desde la mejor parrilla oficial, la de la parrillada -donde alguno procedió a desayunar segundos antes de iniciar viaje-, llegamos al pie de la célebre muralla sin demasiada novedad, excepción hecha del curioso giro y tirabuzón al tomar la entrada de la autopista que improvisó el firmante, quien luego recurrió para defenderse a otra pirueta, esta verbal, con el curioso argumento de que 'La gente vulgar se pierde en ciudades ajenas; yo me pierdo en la mía o en donde a mí me da la gana...'.
Entre estos dos alardes de pericia, hubo toda una tarde de ajedrez en la que nuestra expedición intentó llevarse los puntos que unos y otros necesitábamos tan urgentemente. Para esta delicada misión, presentamos un sexteto formado por Magic, Manolo, Gurutz, Serge, Javi Anta y el 'Niño' Pousada, este último ya semilucense y que nos esperaba inquieto en cafetería a nuestra llegada. Enfrente, un fuerte equipo capitaneado por Diego González, secundado por Carlos Casares, Borja Vega, Roberto Gómez, Jesús del Barrio y Diego Flórez. Dicho de otro modo, un hueso bien duro de roer. Y sin embargo...
Y sin embargo, estuvimos ahí. Al salir de las aperturas, Javi Anta había entregado un peón en busca de una compensación que, por desgracia, nunca llegó a producirse; Del Barrio evitó con precisión el contrajuego de nuestro compañero y encaró el resto de la partida con mucha tranquilidad. Sin embargo, en el tablero anterior las cosas iban mucho mejor para nuestros intereses: Serge lograba cazar la dama de Roberto a cambio de dos piezas y peón, lo cual dejaba una posición si no matemáticamente ganada, sí en el punto en que se suele introducir la coletilla 'cuestión de técnica'. Mientras, en los demás tableros veíamos luchas más o menos equilibradas.
Las cosas comenzaron a aclararse poco después, o eso pensábamos nosotros: Gurutz y Borja firmaban tablas parece que en situación favorable para nuestro jugador, quien habría tenido alguna 'alucinación' previa a concederlas, o eso creí entender ya que no vi el final de la partida. Por otra parte, Manolo comenzaba un prometedor contragolpe central para responder a la peligrosa iniciativa de Casares en el flanco de dama, y en pocas jugadas pasaba a conseguir una posición netamente ventajosa. Entre tanto, Pousada lograba situar perfectamente sus piezas para iniciar un ataque que se presumía devastador contra el enroque de Diego Flórez; Javi Anta seguía sufriendo su peón de menos, sin demasiados visos de remontada, y mi partida comenzaba a tomar mal color al caer en una posición restringida y privada de contrajuego.
Así el panorama, la victoria parecía harto probable, y más cuando en pocas jugadas Dani ejecutó su ataque final para firmar el punto, manteniendo de paso la imbatibilidad en el último tablero, algo insólito en nuestra andadura en División de Honor. Pero las cosas iban a torcerse de manera increíble: Serge no conseguía terminar de certificar su partida, que se prolongaba más de lo necesario, mientras Casares quemaba sus últimos cartuchos lanzando todas sus piezas contra Manolo (en el tablero, no a la cabeza) en busca desesperada de contrajuego. Mientras, mi partida quedaba reducida a una digna agonía en busca de un milagro salvador, y la de Javi finalizaba sin concesiones a nuestro jugador, significando un 1'5-1'5 provisional.
Y llegaron nuestros quince minutos de gloria: tras mucho liarse ambos jugadores, la partida de Serge mantenía casi todas las chances de victoria. Sin embargo, lo increíble comenzaba a tomar forma: nuestro jugador no sólo vio la única jugada para recibir mate, sino que además la hizo, el hombre. Sirva como magnífico resumen de la tragedia la dolorida frase del protagonista: 'Hasta varios días después no fui capaz de grabar la partida en el ChessBase...'.
Quizá es por eso que Manolo no utiliza el mencionado programa, ya que su partida terminó también de una manera dolorosa: la posición ganadora que mantuvo durante la mayor parte del juego se transformó en los apuros en una derrota casi tan increíble como la de Serge, aumentada además por producirse de manera gradual. En fin, dejando de lado temas tan escabrosos, queda por reseñar el final de mi partida, producido por aplastamiento aunque con una defensa ultranumantina -y pelín masoquista-. Desde luego, la cosa terminó igual que en dicho episodio histórico...
Quedó así consumado el 4'5-1'5 final que nos deja un poco fríos antes de comenzar las 'etapas alpinas' de la temporada. Tendremos que atizarle a los líderes para compensar...